CIENCIA FICCIÓN
NOS INVADEN
Como todos los días, Morfeo la cogió en sus brazos después de un agotador y complicado examen de antropología e historia universal. Valery se recostó exhausta.
Vivía en una zona residencial acompañada de su hermano mayor, un medico cirujano graduado en Marsella hace muchos años. Valery gustaba leer cosas de misterio sin resolver. Salía poco con sus amigas, era poco casual para una joven de su edad. Cierto día soñó que una luz incandescente proyectaba el techo de su habitación. Ella sintió como si fuera real. La nave extraterrestre atravesó el techo aterrizando dentro de la casa. Se dirigieron a la joven. Ella estaba aterrorizada no se podía mover. Sintió que se le acercaba dos alienígenas, tenían el cuerpo cilíndrico, alargado, su interior era vacío. eran como reflejos de luz de colores, verde bronce.
Se comunicaban entre ellos con unos sonidos guturales, como de ondas electromagnéticas, que producían ecos. La examinaron de los pies a la cabeza. Daba por echo que la llevaría asustada, dijo: - que tenia que levantarse temprano para la universidad.
Mientras decía eso, un sonido le estremeció todo el cuerpo. La transmitieron que el viaje no demoraría. Subieron a la nave ovni, tenia una forma sexagonal deformada con muchas puertas y luces. Era silenciosa. No recuerda mucho como era dentro. La hicieron unos gestos de mano raros. Estaban en la luna, era arena desértica casi en su totalidad; vio en algunas partes piedras calizas y muchos agujeros en el suelo. Subieron otra vez para desplazarnos a marte, este paisaje era arcilloso, predominaba el color naranja, la superficie era barrosa, había líquenes y mucho moho. Al parecer había vida microscópica. Era todo rápido, subieron rumbo a otro planeta, quien sabe porque la estarían paseando. Cuando la bajaron de la nave era todo confuso.
Llego a divisar muchas naves de construcciones sofisticadas y acabados impresionantes; no había nada igual, hombres de gran talla y aspecto invisible. Su comunicación era extraordinaria, tenia ojos grandes y cuerpos cilíndricos. Era como si se traspasara la materia en su cuerpo. La llevaron a una sala blanca e iluminada, la recostaron al aire, era como una camilla mágica de los lados del mueble salían pequeños espejos telescópicos.
Se acercaron a ella con esos ojos grandes, era como si hubieran traspasado a otra dimensión; una luz invadía su interior. Luego vio todo oscuro. Oía sonidos de voces entrecortadas, nada entendibles. Sintió una presión en su cabeza, un dolor punzante y no se acordó de nada mas.
Pensaba que no saldría viva, no sabia si volvería a Tierra. Con facilidad la pusieron de pie, llevándole a la nave; estaba muerta de miedo. Fue todo un instante, estaba otra vez en casa, acostada en su cama. Valery se despertó agitada y bañada en sudor, sintió mucho frio, estaba confundida. Se cogió de su almohada fuertemente llorando desconsoladamente de emoción.
Vivía en una zona residencial acompañada de su hermano mayor, un medico cirujano graduado en Marsella hace muchos años. Valery gustaba leer cosas de misterio sin resolver. Salía poco con sus amigas, era poco casual para una joven de su edad. Cierto día soñó que una luz incandescente proyectaba el techo de su habitación. Ella sintió como si fuera real. La nave extraterrestre atravesó el techo aterrizando dentro de la casa. Se dirigieron a la joven. Ella estaba aterrorizada no se podía mover. Sintió que se le acercaba dos alienígenas, tenían el cuerpo cilíndrico, alargado, su interior era vacío. eran como reflejos de luz de colores, verde bronce.
Se comunicaban entre ellos con unos sonidos guturales, como de ondas electromagnéticas, que producían ecos. La examinaron de los pies a la cabeza. Daba por echo que la llevaría asustada, dijo: - que tenia que levantarse temprano para la universidad.
Mientras decía eso, un sonido le estremeció todo el cuerpo. La transmitieron que el viaje no demoraría. Subieron a la nave ovni, tenia una forma sexagonal deformada con muchas puertas y luces. Era silenciosa. No recuerda mucho como era dentro. La hicieron unos gestos de mano raros. Estaban en la luna, era arena desértica casi en su totalidad; vio en algunas partes piedras calizas y muchos agujeros en el suelo. Subieron otra vez para desplazarnos a marte, este paisaje era arcilloso, predominaba el color naranja, la superficie era barrosa, había líquenes y mucho moho. Al parecer había vida microscópica. Era todo rápido, subieron rumbo a otro planeta, quien sabe porque la estarían paseando. Cuando la bajaron de la nave era todo confuso.
Llego a divisar muchas naves de construcciones sofisticadas y acabados impresionantes; no había nada igual, hombres de gran talla y aspecto invisible. Su comunicación era extraordinaria, tenia ojos grandes y cuerpos cilíndricos. Era como si se traspasara la materia en su cuerpo. La llevaron a una sala blanca e iluminada, la recostaron al aire, era como una camilla mágica de los lados del mueble salían pequeños espejos telescópicos.
Se acercaron a ella con esos ojos grandes, era como si hubieran traspasado a otra dimensión; una luz invadía su interior. Luego vio todo oscuro. Oía sonidos de voces entrecortadas, nada entendibles. Sintió una presión en su cabeza, un dolor punzante y no se acordó de nada mas.
Pensaba que no saldría viva, no sabia si volvería a Tierra. Con facilidad la pusieron de pie, llevándole a la nave; estaba muerta de miedo. Fue todo un instante, estaba otra vez en casa, acostada en su cama. Valery se despertó agitada y bañada en sudor, sintió mucho frio, estaba confundida. Se cogió de su almohada fuertemente llorando desconsoladamente de emoción.
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literatura policíaca
EL PESCADOR
El cuerpo apareció flotando en la orilla del río muy temprano en la mañana, ni bien amaneció, lo encontró su amigo y compañero de pesca después de haberlo buscado toda la noche, luego de pedir auxilio a unas personas que pasaban por el lugar dio aviso a la policía.
A la hora, la orilla era un sinfín de agentes de policía, periodistas que se habían enterado prontamente y curiosos vecinos del lugar. Andaban por todos lados yendo y viniendo pisoteando todo alrededor del difunto, borrando todas las huellas que pudiera haber.
Llegó el comisario Juan vio aquella multitud en el lugar del hecho, se fastidió y ordenó a su gente retirar a todos y poner las cintas amarillas que indicaban que nadie podía pasar en la zona. Se puso a dar una ojeada buscando entre los camalotes y yuyos de la costa cualquier cosa que fuera de lugar y que le diera una pista de lo que podría haber sucedido en aquel lugar tan inadecuado para encontrar un cadáver. Caminando en círculos mirando hacia abajo y de tanto en tanto se agachaba y levantaba objetos que solo él podía individualizar y los guardaba en su bolsillo.
Luego vinieron los expertos, levantaron el cuerpo en una camilla y lo sacaron del agua, lo llevaron a una zona limpia donde pudieron hacer las primeras observaciones minuciosas del mismo, después de un buen rato llamaron al comisario y le dijeron que la causa de la muerte era un fuerte golpe en la cabeza provocado posiblemente por una piedra al resbalar por la barranca del camino, ya que además del porrazo encontraron restos de piedra en la herida.
A la hora, la orilla era un sinfín de agentes de policía, periodistas que se habían enterado prontamente y curiosos vecinos del lugar. Andaban por todos lados yendo y viniendo pisoteando todo alrededor del difunto, borrando todas las huellas que pudiera haber.
Llegó el comisario Juan vio aquella multitud en el lugar del hecho, se fastidió y ordenó a su gente retirar a todos y poner las cintas amarillas que indicaban que nadie podía pasar en la zona. Se puso a dar una ojeada buscando entre los camalotes y yuyos de la costa cualquier cosa que fuera de lugar y que le diera una pista de lo que podría haber sucedido en aquel lugar tan inadecuado para encontrar un cadáver. Caminando en círculos mirando hacia abajo y de tanto en tanto se agachaba y levantaba objetos que solo él podía individualizar y los guardaba en su bolsillo.
Luego vinieron los expertos, levantaron el cuerpo en una camilla y lo sacaron del agua, lo llevaron a una zona limpia donde pudieron hacer las primeras observaciones minuciosas del mismo, después de un buen rato llamaron al comisario y le dijeron que la causa de la muerte era un fuerte golpe en la cabeza provocado posiblemente por una piedra al resbalar por la barranca del camino, ya que además del porrazo encontraron restos de piedra en la herida.
quise averiguar el asunto descubrí al cazador pero antes de irme miro tratando de recurrir a la justicia.
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